¿Cómo saber si estoy ovulando? Esa es una de las dudas más habituales si estás buscando embarazo.
Tranquila, si es tu caso, no eres la única.
La realidad es que muchas mujeres no saben detectar cuándo ocurre su ovulación ni cómo identificarla. Y es completamente normal porque nadie nos ha enseñado a entender las señales que nos envía el cuerpo.
Nos enseñan a evitar el embarazo, pero no a entender nuestro ciclo ni a reconocer nuestras fases fértiles. Y eso hace que muchas veces vayas completamente a ciegas cuando quieres buscar un embarazo. La buena noticia es que tu cuerpo te da pistas cada mes. Solo necesitas saber dónde mirar y qué observar.
En este artículo te voy a explicar, paso a paso, cómo saber si estás ovulando según los síntomas más comunes y fiables, para que aprendas a identificar tus días fértiles con claridad.
¿Lista para descubrirlo?
¡Vamos a por ello!
¿Qué es la ovulación y por qué es tan importante?
La ovulación es el evento estrella del ciclo menstrual.
El momento en el que uno de los ovarios (o a veces ambos) libera un óvulo listo para ser fecundado. Este óvulo viaja por las trompas de Falopio, donde espera encontrarse con un espermatozoide y así producir un embarazo.
Este proceso suele ocurrir una vez al mes, aproximadamente entre los días 12 y 16 del ciclo, aunque ojo, esto puede variar mucho entre una mujer y otra.
Muchas mujeres que buscan en embarazo se preguntan cómo saber si estás ovulando, ya que tener esta información es clave si quieres aumentar tus oportunidades:
En primer lugar porque las mujeres no somos fértiles todos los días del mes, sino unos días muy concretos.
Y en segundo lugar, porque el óvulo sólo vive de 12 a 24 horas. Eso significa que hay una ventana de tiempo muy pequeña para que el espermatozoide lo fecunde.
Lo curioso es que, aunque el óvulo tiene una vida muy corta, los espermatozoides pueden sobrevivir hasta 5 días dentro de tu cuerpo. Por eso, los días fértiles no se limitan única y exclusivamente al momento exacto de la ovulación, sino también a los días previos.
A este conjunto de días se le conoce como la ventana fértil, y suele abarcar entre 5 y 6 días por ciclo.
Por eso, conocer cuándo ovulas te ayuda a:
- Aprovechar al máximo esos días fértiles (importante si estás buscando embarazo)
- O, si no estás en búsqueda, en qué días debes protegerte mejor.
El problema es que muchas veces confiamos en calendarios o apps que hacen cálculos genéricos y predicciones, cuando lo ideal sería aprender a identificar los síntomas reales que te envía tu cuerpo para avisarte de que la ovulación está cerca.
Y justo eso es lo que te voy a explicar en este artículo:
¿Cómo saber si estoy ovulando? Síntomas más comunes
Como te decía, tu cuerpo es muy listo, y cada mes te envía pistas de que se está preparando para ovular.
Estos son los síntomas de ovulación más habituales:
1. Cambios en el flujo vaginal
Uno de los síntomas para saber si estás ovulando es el flujo vaginal.
Si observas el flujo vaginal con atención, te darás cuenta de que va cambiando a lo largo del ciclo menstrual.
Normalmente durante la ovulación, el flujo se vuelve más transparente, abundante y elástico, muy parecido a la clara de huevo cruda.
Este tipo de flujo facilita el camino de los espermatozoides hacia el óvulo, es por decirlo de alguna manera, como un tobogán para ellos. Pueden deslizarse y viajar por el útero para llegar a las trompas con más facilidad.
Si al limpiarte observas este tipo de flujo, es muy probable que estés ovulando o muy cerca de hacerlo. Pero ojo, no confirma que hayas ovulado, simplemente es un aviso de que estás en ese momento próximo a ovular.
2. Dolor en el bajo vientre
Algunas mujeres pueden sentir un dolor leve o punzante en un lado del abdomen, justo donde está el ovario que está ovulando. Este dolor se conoce como “Mittelschmerz”, un término alemán que literalmente significa algo así como “dolor de la mitad”.
No siempre aparece, ni todas las mujeres lo van a percibir, pero si lo sientes en la mitad de tu ciclo, puede ser una señal de ovulación.
3. Aumento de la libido
Durante los días fértiles, muchas mujeres notan un aumento del deseo sexual.
No es casualidad.
Tu cuerpo se prepara para una posible fecundación y libera hormonas que aumentan el deseo sexual como los estrógenos y la hormona luteinizante (LH), que no solo intervienen en la liberación del óvulo, sino que también tienen un impacto directo en el cerebro.
El resultado es un aumento del deseo sexual, una mayor sensibilidad en la zona íntima e incluso cambios muy sutiles en tu comportamiento. Por ejemplo, algunas mujeres se sienten más atractivas, más receptivas al contacto físico o incluso más coquetas sin darse cuenta. Es una especie de «empujoncito biológico» que digamos favorece el encuentro sexual justo en el momento más fértil del ciclo.
Así que si notas que de repente te apetece más tener relaciones sexuales, es muy posible que tu cuerpo te esté diciendo:
¡Hola, estoy ovulando!
4. Cambios en la temperatura basal
La temperatura basal es la temperatura que tiene tu cuerpo en reposo. La calculamos midiéndola en el momento justo después de despertarte, antes de hacer cualquier tipo actividad (mirar el móvil, hablar, levantarte…).
¿Por qué es importante la temperatura basal?
Porque justo después de la ovulación, esta temperatura sube ligeramente (entre 0,3 y 0,5 ºC) debido al aumento de la hormona progesterona. Una hormona que se produce justo después de la ovulación y que produce calor, de ahí que tu temperatura basal aumente.
Medir la temperatura basal cada día, puede ayudarte a confirmar si realmente estás ovulando y cómo es la calidad de esa ovulación.
6. Cambios en el cuello del útero
¿Sabías que tu útero se mueve durante el ciclo?
Si. Tu útero no es un órgano fijo. Se adapta, cambia de posición y su textura según la fase del ciclo en la que te encuentres.
Durante los días fértiles, el cuello del útero se vuelve más blando, alto (es decir que está más arriba en la vagina) y se abre ligeramente. Estos cambios no son aleatorios. Tienen un motivo y es que están diseñados para facilitar la entrada de los espermatozoides hacia el útero y aumentar así las probabilidades de embarazo.
Por otro lado, cuando estás en los días no fértiles, el cuello del útero suele estar más bajo, es algo más firme y está cerrado, creando una especie de “barrera natural” para evitar que los espermatozoides lleguen al óvulo.
Si quieres identificar estos cambios tú misma, puedes hacerlo con una autoexploración muy sencilla. Túmbate boca arriba, introduce uno o dos dedos en la vagina y trata de localizar el cuello del útero (sentirás una superficie redondeada similar a la punta de la nariz o los labios, dependiendo del momento del ciclo).
Al principio puede resultar complicado distinguir las diferencias, pero verás como con algo de práctica, empezarás a notar los cambios con más claridad:
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Métodos para confirmar la ovulación
Es importante que sepas que hay métodos muy populares que prometen ayudarte a “predecir” la ovulación, pero no todos son tan fiables como parecen:
- Tests de ovulación: Detectan el pico de la hormona LH, que suele aparecer unas horas antes de la ovulación. Pero ojo, porque a pesar de su nombre, no garantizan que la ovulación ocurra realmente. Muchas veces la hormona sube… pero el óvulo nunca llega a liberarse.
- Apps de fertilidad: Aunque pueden ayudarte a llevar un registro, funcionan con algoritmos y medias genéricas, y no tienen en cuenta tus señales reales ni te dan información clara sobre lo que está pasando en tu cuerpo.
- Ecografías o análisis hormonales: Son herramientas útiles, pero suelen utilizarse puntualmente en consultas médicas o tratamientos de fertilidad. No son prácticas ni útiles para el día a día.
Entonces si las tiras de ovulación y la app no son fiables… ¿qué funciona de verdad?
Mira, lo más importante no es solo saber si estás ovulando, sino entender qué está pasando en tu propio cuerpo.
Saber si tu ciclo es saludable, si realmente estás ovulando y cuáles son tus días fértiles te permite aumentar (y mucho) las oportunidades de conocerte mejor y aumentar las oportunidades de lograr el embarazo.
Y para eso, te recomiendo empezar a registrar tu ciclo con el método sintotérmico. Este método se basa en observar varios factores: el flujo cervical, la sensación vulvar, la temperatura basal y la posición del cuello del útero. Juntos, te dan una visión clara y precisa sobre lo que pasa en tu ciclo en tiempo real. Y lo mejor de todo: te conecta con tu cuerpo y con tus ritmos naturales.
Si quieres saber cuándo ovulas, si estás en tus días fértiles o si tu ciclo funciona correctamente, el método sintotérmico es, sin duda, el más fiable y completo.
¿Qué pasa si no noto ningún síntoma?
No todas las mujeres son iguales ni todas notan los síntomas de ovulación, y eso también es normal. Cada cuerpo es diferente. Algunas señales pueden pasar desapercibidas o confundirse con otros cambios del ciclo.
Pero a veces las dudas con el tema de la ovulación también pueden surgir durante el posparto. Porque una de las dudas más habituales después del parto es:
¿Cómo saber si ovulas? Síntomas durante la lactancia
De hecho, es frecuente pensar que mientras estás dando el pecho no puedes quedarte embarazada. Y en parte, tiene algo de cierto… pero con matices.
Durante la lactancia, sobre todo cuando das el pecho de forma exclusiva y frecuente, el cuerpo produce una hormona llamada prolactina, que se encarga de producir la leche. Esta hormona también tiene otro efecto: detener el funcionamiento de los ovarios. Es decir, bloquea las señales que normalmente provocarían la ovulación.
Por eso, muchas mujeres tardan varios meses en recuperar la regla después del parto. De hecho, hay quienes pueden pasar incluso varios meses sin menstruar, especialmente si siguen amamantando a demanda y sin introducir alimentación complementaria.
Cuanto más frecuentes son las tomas, más tiempo puede durar esa especie de “pausa natural” de fertilidad.
Si tu bebé mama a menudo, y aún no toma otros alimentos, es muy probable que tu cuerpo mantenga la ovulación “en pausa” durante más tiempo.
Esto se conoce como Método MELA (Método de la Lactancia y la Amenorrea). Y puede ser bastante eficaz como anticonceptivo, siempre que se cumplan ciertas condiciones:
- Que tu bebé tenga menos de 6 meses.
- Que tome solo pecho, sin suplementos ni biberones.
- Que las tomas sean frecuentes día y noche.
Como comentan las chicas de Lactapp en este artículo, cuando se cumplen todos estos puntos, el método MELA puede ser hasta un 98% efectivo. Pero ojo, si tu bebé ya duerme muchas horas seguidas, empieza a espaciar tomas o ha empezado a comer, este porcentaje disminuye.
Otro punto importante que debes tener en cuenta es que el hecho de que no tengas la regla no significa que no estés ovulando. De hecho, la ovulación suele ocurrir antes de que llegue la primera regla del posparto. Por eso es importante, que utilices métodos anticonceptivos si mantienes relaciones aunque todavía no haya vuelto la regla.
Si estás dando el pecho, consulta con tu matrona para encontrar una opción segura y compatible con la lactancia.
Y vamos ahora con lo importante:
¿Cómo saber si estás ovulando durante la lactancia?
Aunque los síntomas no siempre se perciben fácilmente, hay algunas señales que pueden darte pistas:
- Notas cambios en el flujo vaginal (más elástico, tipo clara de huevo).
- Aparecen molestias en un lado del abdomen.
- Sientes un ligero aumento de la libido.
- Tienes más sensibilidad en los pechos fuera de las tomas.
Si quieres profundizar más en cómo saber si estoy ovulando, te dejo este vídeo del canal de Youtube:
Conclusión
Entender si estás ovulando no tiene por qué ser un misterio. Tu cuerpo te da señales cada mes: el flujo, la temperatura, la posición del cuello, pequeños cambios… solo necesitas aprender a observarlas y confiar en ti.
Olvídate de cálculos genéricos y apps que no tienen en cuenta tu ciclo real. La clave está en escucharte, conocer tus ritmos y, si quieres ir un paso más allá, explora el método sintotérmico como herramienta fiable y natural. Recuerda, no somos fértiles todos los días, pero sí podemos aprender a reconocer cuándo lo somos.

Soy madre y matrona.
Mi objetivo es dar a las madres la información y atención necesarias para que se sientan tranquilas y disfruten de una experiencia única e irrepetible.






