No me siento orgullosa de esto
Sé que esto puede parecer raro, pero déjame que te lo explique
A mediados de 2020 fui madre
Hasta ese momento ya tenía bastante experiencia como matrona, pero el nacimiento de mi hijo supuso un antes y un después.
Ahora te explico por qué.
Te pongo en situación. Estaba trabajando en el St. Thomas Hospital, que es uno de los hospitales más prestigiosos de Reino Unido.
No es porque tenga vistas increíbles al Big Ben. No.
Sino porque es un Hospital Amigo de la Infancia y porque todos los casos complicados de neonatos acaban en él.
Esto no te lo digo por alardear.
Sino porque los hospitales amigos de la infancia trabajan en colaboración con Unicef y la ONS.
Para recibir esta distinción tienen que pasar una serie de requisitos muy estrictos en cuanto a cuidados del bebé y de la madre.
Por eso ofrecen un tipo de atención que la mayoría de hospitales no tienen.
- Están mucho más volcados con la lactancia materna.
- Todas las matronas tienen formación específica en lactancia.
- El parto es más respetado y generalmente menos medicalizado.
- Apuestan por la continuidad de cuidados. Por lo que la matrona es la que cuida a la madre y al bebé después de dar a luz.
Yo llevaba bastante tiempo trabajando en este hospital y me había formado y trabajado en otro Hospital Amigo de la Infancia.
Ser madre me dió un baño de realidad
Al darme cuenta me sentí frustrada, dolida y… ¿por qué no?. Incluso hasta un poco avergonzada.
Ser madre me hizo aprender mucho más que los años anteriores de trabajo y formación.
En mi trabajo fomentaba el respeto en los cuidados y promulgaba la lactancia materna pero lo hacía desde cierta hipocresía.
Les daba consejos que en cierto modo eran bastante vacíos.
No es lo mismo decir que dar el pecho duele, a sentir los pezones en carne viva y que te duela hasta ponerte el sujetador.
Tampoco lo es decir que ya casi está, que empujes un poquito más, que tú puedes y que ya sale. A sentir que te duelen hasta las pestañas y que si empujas más te vas a partir en dos.
No digo que una matrona que no sea madre no te pueda ayudar.
Pero me di cuenta (muy a mi pesar) que por mucho que lo intente una matrona que no es madre, no logra comprenderte al 100%.
Se lo puede llegar a imaginar, pero no es lo mismo que vivirlo.
No es lo mismo
Mi experiencia como madre me hizo darme cuenta de que aunque en la universidad y en el trabajo aprendemos mucho sobre lactancia materna, no es suficiente.
Yo había ayudado a cerca de 1.000 madres a dar el pecho a sus bebés. Pero luego, no era capaz de darle el pecho a mi hijo.
Esto me provocó mastitis, que dolía aún más.
Al final lo conseguí, pero tuve que recurrir a una especialista en lactancia.
Me di cuenta de que si no te formas más y no lo experimentas en tus propias carnes no sabrás tratar un caso que se sale de “lo normal”.
Por eso me formé en un Postgrado de Lactancia Materna.
Ahí me di cuenta de que antes tenía unos conocimientos bastante escasos sobre lactancia materna.
Lo que nos enseñan en el hospital y la universidad, está bien.
Funciona para muchos casos. Pero no todos.
Si algo es un poco especial no lo sabrás tratar con solo esos conocimientos. Y la madre lo sufrirá y también el bebé. Por eso la gente acababa dejando la lactancia materna.
Ser madre, también me hizo darme cuenta de los cambios emocionales que sufrimos durante el embarazo y el postparto.
Son cosas que generalmente no se tratan.
Ni tampoco se hablan o explican. Pero son muy importantes.
Muchas mujeres nos sentimos como bichos raros durante y después del parto
Sabemos que algo ha cambiado en nuestro interior, y que tenemos incluso pensamientos contradictorios o cambiantes.
No logramos entender qué nos pasa y por qué nos sentimos así.
Y eso es muy normal. Aunque no se suele hablar de ello.
Parece que el embarazo y el parto son solo procesos biológicos.
Pero también es un proceso psicológico. Y es algo a tener muy en cuenta.
Porque los cambios biológicos los esperamos, los psicológicos NO
Por eso me formé en Psicología Perinatal. Para poder entender por qué nos ocurren todos esos cambios y dar una respuesta que ayude realmente a las madres.
No me siento orgullosa de esa “falta de empatía” o “de conocimiento” que tenía antes de ser madre.
Creo que es algo muy normal.
Pero me llevó a buscar respuestas que de otra forma igual no me hubiera planteado.
Y ahora quiero poner esos conocimientos a tu favor.
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